lunes, junio 05, 2006

Como un maldito engendro del demonio


Un alma no podía soportar tanto, alguien no seria capaz de soportar tanta tortura, la mente no esta preparada para la automutilación y mi corazón ya se encontraba demasiado pekeño como para entender lo q era aplacar el dolor interno con el dolor físico, las lágrimas solo eran algo mas no tenian mayor significado al momento de kerer dejar escapar lo q escondía, aunq a pesar de todo no había q entender muxo, las cosas pasaban yo moría a cada segundo era cosa de mirar a través de mis ojos para notar q la racionalidad no habitaba en mí, una mente enferma afloraba con cada recuerdo y las sonrisas se volvían hacia la locura, observé mis brazos durante un segundo tomé la sangre q brotaba de ellos y con cierta concentración comencé a escribir en las paredes de mi habitación unas frases inocentes, como una niña aprendiendo a colorear y en verdad lo hacía, pero estaba aprendiendo a hacerlo en mi nuevo mundo. Un corte y otro mas, la sangre corría descontrolada, unas cuantas manxas en el piso me hicieron detener... el líquido corría tibio, tentador y casi sin pensarlo acerké mi boca y comencé a beber de algo q encendía mis sentidos al mismo tiempo q olvidaba mi realidad, me abría paso a una conciencia distinta a una vida subterránea, muxo mas oscura de la q ya tenía escondida en las sombras de mi desekilibrio. Esa noxe ofrecí mi sangre al demonio, pedí q se llevara mi alma a su infierno para q kemara todo residuo de dolor q pudiera kedar en mi corazón marxito... Hija del demonio, aprendiz de las tinieblas, se me hizo costumbre beber de mi sangre, durante muxo tiempo he estado rogando para q un no muerto venga x mi y así en una vampiro me pueda convertir, estaría muerta para todos ellos, pero mas viva q nunca permaneciendo en mi mas amado final, en esa vida eterna q aveces muxos no han de soportar, no será peor de lo q he vivido xq ahí nadie me dañara...

((... los hijos de las tinieblas esperan trankilos, saben q todo algún día se devolvera, no así los hijos de la luz, siempre buscando justicia con sus propias manos, ¡malditos condenados!... ))